Cuando nos detenemos a analizar las palabras que Pablo utiliza en 2 Corintios, en toda la carta, vemos una diferencia del Pablo en sí mismo al Pablo en Cristo. Muchas epístolas están llenas de doctrina, verdad, y revelación. Muchas van desde el punto de vista de Dios hasta nuestro punto de vista. Pero 2 Corintios es el único libro del Nuevo Testamento que nos muestra la clase de persona que Dios usó para transmitir Su revelación. Si no tuviéramos el libro de 2 Corintios, nunca habríamos conocido a Pablo mismo. Sabríamos lo que llevó a cabo, pero nunca nos habríamos enterado de este ministerio. En 2 Corintios se muestra su ministerio, y por éste conocemos al hombre. Vemos que él era un vaso de barro. 2Co 4:6-10 (RV60) Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. El CRISTIANO IDEAL ¿Cuál es tu concepto del cristiano ideal? Seguramente todos tenemos un ideal del tipo de cristiano que debemos ser. Tal vez pensemos que un cristiano perfecto debe sonreír desde la mañana hasta la noche. Si lloras, te parece que no eres victorioso y que estas derrotado. Hasta pensamos que está mal llorar. Nuestro cristiano ideal debe ser osado, temerario y valiente al enfrentar toda clase de situaciones. ¿Crees tú que Pablo era un buen cristiano? ¡Seguro que sí! Muchas veces intenté impresionar a otros, intentando ser ese cristiano ideal. Si sentía temor o preocupación, no lo demostraba ya que yo decía que un cristiano que se entristecía era porque le faltaba fe. Yo afirmaba que tal cristiano no era perfecto porque no confiaba en el Señor. También pensaba que un cristiano perfecto nunca estaba triste. Si veía a una persona triste, dudaba que fuera perfecta. Podría mencionar muchos otros conceptos, pero no es necesario. ¿ERA PABLO UN BUEN CRISTIANO? No vamos a juzgar al apóstol Pablo aquí, pero vamos a ver algunos aspectos del vaso que Dios usó como perito arquitecto de la iglesia. Vemos en 2 Corintios que Pablo, estuvo triste, que derramó muchas lágrimas (2:1-4), que se presenta como alguien que ha tenido que ser consolado por Dios (1:3), incluso vemos que Pablo llegó a perder la esperanza: 2Co 1:8 (RV60) Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pablo era una persona de las que conozco; no era una persona rara o un ángel. En el sistema de la gracia, él no era diferente de nosotros. Él era un hombre. Se decía que sus palabras eran menospreciables (10:10b), que los prendió por engaño (12:16), y que era inconstante diciendo: “Sí, sí” y “no, no” (1:17). Dijeron que sus cartas eran duras y que amedrentaban a las personas (10:9-10). Pero, paradójicamente, el tesoro de Dios se ve muy bien en ese vaso de barro. UN TESORO EN VASOS DE BARRO Un cristiano es una persona en quien hay una paradoja básica, pero armoniosa. La vida cristiana es una vida en la cual hay una paradoja espiritual incomprensible. Dios nos da esta aparente contradicción. Algunos piensan que solamente existe el tesoro, más no el vaso de barro. Otros piensan que el vaso de barro les impide avanzar. El pensamiento humano siempre es extremista. Pensamos que lo ideal sería tener únicamente el tesoro. Pensamos que el vaso de barro nos impide avanzar. Pero desde el punto de vista de Dios vemos un tesoro puesto en vasos de barro. El vaso de barro no se destruye ni opaca al tesoro. El tesoro se encuentra en el vaso de barro. Vemos que según el diseño de Dios, su poder se manifiesta en la debilidad de hombre. 2Co 12:7-9 (RV60)Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Al ser cristiano no se elimina la debilidad, ni sólo se busca el poder del Señor. La vida cristiana consiste en que el poder del Señor se manifieste en la debilidad del hombre. Los cristianos no son una especie de ángeles que viven en la tierra. Ser cristiano significa que la debilidad del hombre puede manifestar el poder de Dios. Para entender un poco mejor cómo funciona esto veamos un ejemplo: Piense en un barco en un río. El barco necesitaba tres metros de agua de profundidad para navegar. Pero en el río había una roca bajo el agua, que se levantaba unos dos metros desde el fondo del río. Si el Señor lo deseaba, podía quitar ese peñasco para que el barco pasara, pero para Dios ¿Sería mejor quitar el peñasco o hacer subir el nivel del agua tres metros? Es mucho más glorioso si el Señor aumenta el nivel del agua. Esta es la vida cristiana. Repito, en la vida cristiana no se elimina el peñasco; sino que se aumenta el nivel del agua. Esto es ser cristiano. ¿Hay dificultades? Por supuesto, todos las tenemos. ¿Hay pruebas? Sí, todos somos probados. ¿Hay debilidades? Obviamente todos tenemos debilidades. Sin embargo, tengan muy presente que por un lado, el Señor no elimina nuestra debilidad, y no nos da poder sin restricción, por otro. El poder de Dios se manifiesta en la debilidad, así como nuestro tesoro se manifiesta en vasos de barro. LA PARADOJA DEL CRISTIANO Vemos en Pablo, a un hombre que tuvo miedo pero que al mismo tiempo era fuerte. Su corazón fue abrumado pero tenía esperanza. Rodeado por enemigos pero no capturado. Aunque fue perseguido, no se sintió rechazado ni desechado. Fue derribado, pero no estaba destruido (2 Co. 4:7-9). Vemos sus debilidades, pero cuando él era débil, entonces era poderoso (12:10b). El llevaba en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, pero la vida de Jesús se manifestaba en su cuerpo (4:10). Era calumniado, pero tenía buena fama. Parecía que engañaba a otros, pero era veraz. Aparentemente no era famoso, pero todos lo conocían. Parecía que iba a morir, pero vivía. Aparentemente era castigado, pero no hasta la muerte. Parecía que estaba triste, mas siempre estaba gozoso. Era pobre, pero enriquecía a muchos. Parecía que no tenía nada, pero lo poseía todo (6:8-10). He ahí un verdadero cristiano; he ahí el cristianismo genuino. Él no era un hombre sin sentimientos, pues en su tristeza dijo: “Me regocijo siempre”. No se regocijaba constantemente ni estaba triste siempre; sino que se regocijaba en su tristeza. Esta es una característica especial de la vida cristiana. Se expresa una sonrisa mientras las lágrimas brotan. Muchos cristianos se comportan mejor que Pablo, pero no viven como un cristiano. Muchos cristianos tienen una vida y un andar muy artificiales; no expresan al tesoro. Solamente tienen esfuerzos humanos, actividades y buena conducta. LA PARADOJA DEL TESORO EN EL VASO GLORIFICA A DIOS Mientras seguimos avanzando en este camino, descubriremos cuán contradictoria es la paradoja espiritual que existe en nosotros. La contradicción que hay en nosotros se acentúa, y a la vez el tesoro se expresa más claramente; sin embargo, el vaso de barro sigue siendo un vaso de barro. ¡Qué maravilloso es este cuadro! Nos encontramos con un hombre cuyos rasgos originales permanecen intactos, pero Dios le da una paciencia más excelente que su adaptabilidad natural. Es mejor ver a un hombre en quien Dios ha puesto humildad que a una persona modesta por naturaleza. Es mejor ver a un hombre en quien Dios ha puesto la mansedumbre que a una persona que es débil e incapaz por naturaleza. Es mejor ver a una persona en quien reside el poder de Dios, que a un hombre naturalmente fuerte. La diferencia es enorme. Importa muy poco qué clase de vaso de barro tengamos; el tesoro siempre puede estar en él. El vaso de barro sigue siendo de barro, pero ahora es un vaso lleno. Cuando usted se sienta muy débil o terrenal, piense que es una oportunidad única para que Dios lo llene de Su Tesoro. Todo lo que es espiritual, fuerte, poderoso y proveniente del Señor, puede ser manifestado en nosotros, y brillará más intensamente y será magnificado en los vasos de barro. Es así como vemos la importancia del tesoro. CONCLUSIÓN. El tesoro de Dios puede ser expresado en vasos de barro. Esto es una paradoja espiritual y es precioso para todo cristiano. Es en el contexto de esta paradoja espiritual que nosotros vivimos y aprendemos a conocer a nuestro Dios. Todo depende del tesoro. Repito que todas las situaciones giran en torno a esto. Todo resultado es positivo. Quienes ponen los ojos en las cosas negativas perderán su tiempo y no avanzarán hasta que vean que el Señor puede expresarse en cada uno de nosotros, y que en Él, tenemos el tesoro, y muchos lo verán. |
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Noviembre 2020
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